Para la restauración integral de la iglesia de Los Terceros de Sevilla, hemos utilizado todos los sistemas de andamios existentes:
Andamio multidireccional para la intervención en la cúpula central, bóvedas laterales, bóveda del presbiterio y actuaciones puntuales en las cubiertas exteriores del crucero. Es un andamio de volumen que nos va a permitir trabajar tanto en paramentos verticales como inclinados y curvos, adaptándose a todas las situaciones y facilitando crear plataformas de grandes dimensiones en un mismo nivel o de forma escalonada.
Andamios de marcos para trabajo de paramentos sobre cubiertas de las naves laterales, paramentos interiores de la nave central, portada de la iglesia y espadaña. Aprovechamos de este sistema su facilidad y rapidez en el montaje y lo liviano de su peso, esto nos va a permitir montar sobre cubiertas mediante sacos terreros transmitiendo una mínima carga a la misma. Para fachadas rectas e incluso con salientes y entrantes podremos también utilizarlo, ya que cuenta con un buen número de piezas especiales que nos posibilita salvar múltiples obstáculos.
Torres móviles de aluminio para trabajos en el perímetro del coro librando la sillería y bóveda de este, así como la bóveda situada debajo del coro sobre la que se soporta. Lo liviano del sistema, la facilidad para su montaje pues no necesita de herramientas en dicho proceso, la altura que podremos alcanzar con estas torres y la posibilidad de crear estructuras especiales, hacen de ellas un elemento imprescindible para el desarrollo de muchos trabajos.
La elección de los diferentes sistemas a los espacios, situaciones y trabajos a realizar, va a facilitar las intervenciones que se llevan a cabo y a la vez va a economizar la ejecución de la obra.
En restauración, el andamio se convierte en un elemento fundamental a la hora de realizar los trabajos, será el medio de acceso a todos los lugares a intervenir y donde se llevará a cabo una labor minuciosa que exige al restaurador tiempo y dedicación a los diferentes procesos que se han de llevar a cabo para completar la intervención.
La Iglesia de Consolación o de los Terceros, formaba parte del Convento de la Orden Tercera de los Franciscanos, comienza a construirse en el siglo XVII y sus primeras trazas se le atribuyen a Juan de Oviedo, sus obras serán terminadas un siglo más tarde por Leonardo de Figueroa.
En la fachada principal destaca su portada con forma de retablo en la que abunda la decoración geométrica y vegetal. Se distribuye en tres calles separadas por pilastras, siendo la central la más ancha y albergando la puerta de entrada al templo. Encima de esta se dispone un tímpano con el escudo de la orden y sobre este una imagen de la Virgen de Consolación, corona el conjunto una imagen del Arcángel San Rafael. En sus laterales múltiples imágenes de santos completan un conjunto que conforma uno de los más característicos ejemplos del barroco hispano americano.
En su interior el edificio tiene planta de cruz latina con una sola nave de cinco tramos y múltiples capillas.
A sus pies el coro y el sotocoro (que se encuentra decorado con relieves de volutas, motivos frutales y figuras de ángeles.
En el fondo se sitúa el crucero que se corona con una bella cúpula de media naranja con relieves.
Preside el conjunto el presbiterio con su Retablo Mayor obra de Dionisio de Rivas del siglo XVII.
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